Tus filamentos se abren, se desdibujan
en la agonía muda de otro misterio.
Sin resolver, me detengo.
Sin resolverme.
Escucho áridos gritos hacia dentro.
Que me detienen.
Por ser o nombrar. Por nombrarte.
Y en la celda de un discurso
lleno de nuevas mentiras,
tus filamentos.
Se abren.
Y me atraviesan.
En la agonía muda de otro misterio.
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