Queríamos ser incandescentes,
quemar bosques enteros
de heridas centenarias.
Prenderle fuego al dolor
con ígneas alas posándose
en ramas de miedos.
Sobrevolar la certeza
de las cortezas dañadas
y repoblarlas.
Inocente incandescencia
que no supo prever las cenizas.
Un poco en consonancia y diacronía con lo que creo, me alegra saber que explorás el sin fin de posibilidades que dan las palabras. El tumulto de palabras que no se terminan jamás.Y que las utilizás con una elegancia, un tino vertiginoso.....
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