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miércoles, 30 de agosto de 2023

Pausa

En las orillas del tiempo, 

me detengo 

y observo el galeón de los años, 

hundido. 

La inmensidad y la insignificancia. 

El lamento intempestivo. 

Lo que no fue, 

y lo que pudo haber sido. 

El tesoro bajo las oscuras aguas, 

perdido. 


lunes, 14 de agosto de 2023

Origen

Es temprano y el pavimento ya huele a sudor, a hastío y a prisa. La muchedumbre se desliza sobre él como un enjambre ruidoso que arrasa a su paso la calma. Alguien frágil no puede seguir el ritmo y se cae, y el estruendo del impacto se abre paso por encima del zumbido. Y ocurre. 

Alguien se aparta rápido para que no le salpique la sangre. Alguien pasa por encima con gesto incómodo. Alguien de reojo afloja el ritmo sin detenerse. Alguien le incorpora bruscamente sin preguntar y se aleja apresurado. Alguien se sitúa a su altura para encontrar su mirada, y es entonces, sólo entonces, cuando la masa durante unos instantes, adopta forma humana que rápido se desvanece mientras critican a los que no lo hicieron, a los que tienen prisa, a los que no miraron...y se felicitan y agasajan entre ellos. En el suelo, sigue sangrando, pero está muy abajo. Ya no le ven. Nadie se fija en sus piernas cargadas de cicatrices, ni en la roída y resbaladiza suela de sus hambrientos zapatos. Destinado a caer una y otra vez, porque donde vive, no hay ni habrá zapatos para todos. Hasta que alguna vez alguien, más allá de pasar por encima o levantarle, quiera saber de verdad, y tenga el valor de mirarle.