De los contrastes
y contornos de otros bosques
entre cortezas de huesos,
ásperas las arrugas.
De las sombras proyectadas por tus iris
abandonadas al abrazo de hojas secas.
Del crujir de una caricia errante
apenas bosquejada en mis pinceles.
De las raíces de la memoria
levantando abruptamente
la frágil tierra de la tregua.
De la crueldad del beso adormecido
en los silencios secuestrado.
Del atardecer pretencioso
y sin saberlo pretendido.
Del cauce seco de la esperanza
al caer el sol.
De lo vivido.