Hace tiempo que no sangro versos
que no vomito rabia,
que no lloro ausencias.
Hace tiempo que camino de la mano
de cierta indiferencia,
esquivando meteoritos que
salpican de polvo cada impacto de mierda
ensuciando los ropajes que se quedaron
adheridos hace ya demasiado,
y no he sabido despegar.
Es que NO HE SABIDO DESPEGAR.
Y por eso cada vez, repto más bajo.