No sé escribir sobre amor cuando lo intento
pero me sale sin querer cuando te miro
cuando adivino traviesa tu sonrisa
si jugaste a decir algo malvado.
Hablo de amor cuando acaricio
las líneas de tu vientre, terso y suave,
aún no castigado por los años,
y obedezco sin demora sus señales.
Cuando consigues que las sábanas se encharquen
y en ese tiempo no me importen los relojes,
verificar el contraste de tus labios
y encajar perfectamente entre tus piernas.
Dejar que me veas sin mirarme
que conozcas cada pliegue y cada anhelo
como no supo ver nadie en una vida
con la complicidad resbalando en cada poro.
No sé hablar de amor ni medir versos
porque amor es todo el tiempo que pasamos,
sin papeles ni presagio y en mi vuelo
seguir queriendo anidar entre tus brazos.