Seguir conversando
como si nada,
como si el dolor
fuese polvo
que poder sacudir,
mientras sostengo con palabras
la mirada que en silencio
pesa demasiado.
Decir adiós,
y caminar sonriendo
desplegada la coraza,
en días como hoy
en los que llueven
penas de punta.
Mirarte a los ojos
si nos cruzamos,
conseguir que te calmes
en un parpadeo,
y seguir en línea recta hasta casa.
Soltar la coraza
y hundirme lo justo
recomponiendo el gesto
para la cena.
Tragar saliva,
metódicamente
desdoblar la sonrisa junto al pijama,
apagar la luz,
y dejar que duela libre.
Cuando ese amor es inmenso hay sacrificios heroicos... A veces me pregunto si merecen la pena?
ResponderEliminarReconozco este poema una y mil veces se mordí el polvo de tus letras.
Si el amor es por un@ mism@,sí. Solo entonces.
ResponderEliminar;)