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viernes, 7 de agosto de 2020

Necrópolis


De los contrastes
y contornos de otros bosques
entre cortezas de huesos, 
ásperas las arrugas. 

De las sombras  proyectadas por tus iris
abandonadas al abrazo de hojas secas. 

Del crujir de una caricia errante
apenas bosquejada en mis pinceles. 

De las raíces de la memoria
levantando abruptamente
la frágil tierra de la tregua. 

De la crueldad del beso adormecido
en los silencios secuestrado. 

Del atardecer pretencioso
y sin saberlo pretendido. 

Del cauce seco de la esperanza
al caer el sol. 

De lo vivido. 

martes, 16 de junio de 2020

Trileros


Distante, 
observo a los trileros
extender la palma
para cerrarla carnívora
fagocitando  altruísmo.

Dividida la certeza
en imaginarias líneas del tiempo,
se desmoronan las causas
dejando al descubierto
lo que siempre estuvo allí.

No puedes dejar atrás
lo que forma parte.

Un leve gesto para ventilar,
para no axfisiarme,
y precipitarme para respirar
desde el bolígrafo a la ventana.

Flotar

Algunas veces la cercanía
se enmaraña en ovillos
que tejen distancias.

Con las manos llenas de ruido
vaciándose la mirada,
y mantenerse a flote,
como una isla,
en el océano de la indiferencia.

domingo, 14 de junio de 2020

Ríen

Ríen.

El eco de sus risas resuena
en la misma ventana en la que
hasta hace muy poco,
retumbaban como vítores aplausos,
como salvas ovacionales y fúnebres,
de reconocimiento alternado con rutina.

Ahora ríen,
borrado el horror
de sus embrionarios circuitos,
como si  para ellos el mundo
se hubiese parado
justo enfrente de los bares.

Al otro lado del cristal,
acompaño los minutos
que cada sesenta lágrimas
hacen saladas las horas
de despedidas que no sucedieron.

A este lado de la línea,
sostengo las palabras
y los silencios,
de todas las familias
en las que aún retumba la ausencia,
y la rabia en el segundero de las heridas,
se detiene,
contrastando con el bullicio
de los brindis
de un mundo que sigue su curso.

Arrebatadoramente cruel,
superficial y esperpéntico,
fluye entre terrazas
y mascarillas salva multas
al cuello,
la "nueva normalidad".

Y todo vuelve a girar,
como si nada.

Y nada consigue que hoy,
me siga sintiendo parte.







domingo, 19 de abril de 2020

KOs

Vuelve.

Era más fácil tragarme
los centímetros pieles, 
la esquiva mirada
y los silencios,
que vomitar verdad
en aquellos instantes. 

Vuelve. 

Porque entonces tú
lo ordenabas todo.

El dolor nos creaba
como recrea el espacio
un abrazo
y lo suspende,
con un beso red invisible.

Como un verso
sobre el que bailar
para no caerme.

No duele el olvido
cuando puedo barrerlo
con  ojos pasajeros,
y amontonar los desechos
bajo las alfombras de cada derrota.

Pero duele el recuerdo diáfano,
sin parapetos,
bajo el abrazo que acuna
y después ahoga,
rasgando como cuchillas pestañas
en un parpadeo.

Vete.

Porque ahora
la calma, 
lo sitúa todo.

Innecesarias las redes,
aprendida ya la postura
con la que amortiguar el impacto
de todas las miradas recuerdos,
sin recovecos.





domingo, 22 de marzo de 2020

Avispero o colmena

Cielo mira
construye rutina tejiendo
con hilos de tiempo y paciencia,
la ciencia de estar
desde dentro,
guardando la calma y la vida.

Entre sueño y vigilia
vigila,
las celdas de cada panal
porque celdas algunos farfullan
mientras otros la miel,
sangre a gota.

¿Avispero o colmena?
pregunta,
cuando el polvo sacuda las horas,
los días, los hilos, la ciencia,
los ciclos de luces y sombras,
avispero o colmena, recuerda.

Enjambres volando sin rumbo
con picaduras mortales,
enjambres arrasándolo todo,
insolidarios enjambres.

O sangre a gota, las mieles,
el esfuerzo común construyendo,
crisálidas celdas, abiertas,
oxigenando panales, aguardan.

Sin verjas, las celdas,
con alas, cambiantes,
batientes, valientes, las mieles
...reestableciendo el espacio.

Y en el espacio, la pausa,
reestableciendo la vida.









miércoles, 11 de marzo de 2020

Sola y borracha

¿Que si soy feminista? 
El feminismo fluye por mis arterias
desde que tengo recuerdos, 
vaivén de marea morada 
en el oleaje de cada paso.

He construido mi andar
junto a las huellas de las violadas, 
las apaleadas,
las despreciadas, 
a las que les quitaron sus hijos
y a las que se los rompieron, 
a las que negaron la voz, 
a las que no creyeron.

De todas las mujeres que tuve delante
o al otro lado de la mesa, 
de la silla o del biombo, 
y que al terminar la jornada, 
seguían en mi cabeza
retumbando sus rostros en la retina.

Mis letras son los trazos
de sus miedos, su valentía, 
sus estrategias de supervivencia, 
de su rabia contenida...
invisible y densa.

De todas las mujeres a las que besé,
y de las que cerraron los ojos
pero negaron el beso.
De lo que no pude ser.

La sangre morada está conmigo 
desde siempre, 
desde que empecé a revelarme
cuando me decían
lo que eran las "cosas de chica".

Porque jamás lo dudé,
porque las cosas de chica
fueron seguir alzando la voz
todos estos años,
para volver a casa, una o mil veces,
solas y borrachas,
siendo libres,
le pese a quien  le pese. 

viernes, 6 de marzo de 2020

En situación de calle

Algunas veces
cuando la realidad juega a esconderse,
de un plumazo
se pierde el equilibrio
al contacto de su soplido en la nuca.
Si se nubla la sonrisa
por un imprevisto clavado en la carne
con aguijón prestado,
la capacidad de mantener
cérea la postura,
se desvanece.
Entonces, apenas consigo levantarme,
o ni lo intento siquiera,
acomodada a ras del suelo
para que no giren sobre mí
vertiginosas,
las paredes de la vida que he perdido.
Declarado el corazón en situación de calle,
que se calle la razón
mientras apilo los recuerdos
o me drogo con poemas a escondidas,
tratando de encontrar, sin conseguirlo,
en que momento comenzó la zona cero.

viernes, 24 de enero de 2020

Con los versos rotos

Golpes,
demasiado amable
posa entre mis posos,
sin perder el equilibrio
en el borde del punto,
de este punto y final.

Final,
como el día siguiente
de dos vidas después,
cuando aún siquiera sabíamos
a qué sabría la templanza.

Para qué saber el sabor,
para qué saber.

De madrugada la sonrisa blanca
despliega sus alas quebrando fragilidad,
y deja al descubierto
trozos de cascarón entre flashbacks.

A veces las caídas más dolorosas
no son desde grandes alturas.
A veces basta un silencio
para romperse todos los besos.