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domingo, 25 de mayo de 2025

O2


Una y otra vez se apaga.

Pese a mi persistencia y mi técnica,

pese a la leyes de la física y la lógica,

se apaga.

Sin ninguna razón aparente

más allá de que las cosas pasan, 

ajenas a nuestros deseos,

a pesar de nuestros esfuerzos

inevitablemente, 

suceden.

Y sin embargo lo obvio

se torna en interrogante

que repta y aprieta y ahoga,

multiplicado por sus pupilas.

La respuesta siempre estuvo disponible,

a pesar de nuestra insistencia en forzar.

Solo había que soltar y dejar ser.

Solo había que parar para secarse el sudor.

Y observar como prende sin más, cuando hay oxígeno.

jueves, 22 de mayo de 2025

Tablas

Desde esa indiferencia bien subrayada, 

por si acaso osase durante un instante 

olvidar la posición que ocupa ella en el tablero,

crecen las ganas de sostener la sonrisa

y retirarse, sabiendo desde las vísceras,

cuando resulta monótona la partida.

Nunca olvida donde no llegarán 

alfil, peón ni caballo,

ni ganas de sacar la reina,

reservada siempre, 

para quien sabe verla.



viernes, 2 de mayo de 2025

Gota a gota, la nada

Y ahora , que hace ya tiempo 

que miro la vida desde una rendija,

me deslumbran las cosas que 

suceden demasiado rápido.

El dolor aparece de manera cíclica,

como una primavera rancia


plagada de lluvia y colores 


atropellados 


mezclados torpemente


en una paleta de carne


que trata de no pudrirse 


entre las hojas perdidas


de otras vidas.


Pero se pudre,


barro, salitre y hojas arrancadas.


Se pudre de todos los colores 


como brea.


Se pudre,


de todas las vidas observadas


desde la rendija húmeda 


donde se cuela,


de manera cíclica, 


gota a gota,


 la nada.








domingo, 2 de marzo de 2025

Invisible

No hay mucho más que decir 

desde el lado seco de la ventana. 

Me miras, pero no me ves. 

Te miro, pero no conecto. 

Te hablo, pero no me escuchas. 

Me oyes, pero estás muy lejos. 

Y siento que cuando me miras, 

de nuevo desaparezco.

Mientras, se va sucediendo 

el número incontable de veces 

que abro y cierro los ojos, 

sin ser vista, sin verte, 

sin vernos. 

Crecí invisible, 

y ha sido mi escudo y mi hoguera. 

En ella ardieron lágrimas secas y miedos, 

sepultados por cenizas que ahora

se remueven y dispersan

y se meten en los ojos arrugados.

Esos, que aún se abren y se cierran,

conscientes del incierto pero finito

número de parpadeos que restan,

antes del fundido a negro.

Después solo quedará la duda

de si alguna vez fui real.


viernes, 7 de febrero de 2025

Escribo al dolor

Escribo al dolor 

porque es lo que llena mis espacios

y modela mis vacíos, 

porque es la constante en el caos,

porque se acuesta y se levanta conmigo.

Porque es lo que me abraza y lo que me ahoga,

lo que me grita y me silencia,

lo que me nombra.

Escribo al dolor 

porque llegó para quedarse 

y ahora es parte de mi.

Sólo él permanece, 

mientras mudan mis recuerdos,

mis pretensiones, mis luchas,

mi cuerpo…

Escribo al dolor 

porque transita mis vértices y cicatrices

como puntos de sutura contenedores,

para que no me vacíe.

Escribo al dolor porque me ancla,

y será lo que siga aquí, 

impregnado en mi piel,

cuando ya ni siquiera la habite.