Ocurre que de repente
me ausento unos segundos
que cristalizan en horas
en toda una vida las horas
de viajes a ninguna parte.
Porque viajo en cortocircuitos.
Un párrafo se diluye,
se atropella el pensamiento encallando
en un iceberg-palabra
de cualquier conversación
sin darme cuenta.
Desaparezco.
Atención.
Fallo del sistema.
Agujeros negros en la cabeza.
Soy esa pequeña galaxia
de un universo imperfecto
o sólo un planeta verso que juega
a rimar la memoria con materia oscura.
¿En qué piensas?
En nada...
No puedo ser más sincera.
Agujeros negros.
Remolinos aspirando los recuerdos
que vertebran mi línea de vida.
En nada...
y bombear simetría
para rescatar el oxígeno.
Para respirar aquí otra vez
entre la disociación y el olvido
haciendo en la orilla del tiempo
castillos de ahora.
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