A veces trato sólo
de dejarme sentir y notarlo.
Saber qué sucede aquí dentro.
No ceder a la inercia estable, inerte, vacía…
pero la tendencia me vence.
Y la consciencia se yergue para zarandear las garras de lo cotidiano,
y que se abran y suelten la risa, el vértigo, el llanto.
Saber qué sucede aquí dentro.
No ceder a la inercia estable, inerte, vacía…
pero la tendencia me vence.
Y la consciencia se yergue para zarandear las garras de lo cotidiano,
y que se abran y suelten la risa, el vértigo, el llanto.
A veces trato sólo de saber quién es la mujer del espejo
que duerme a tu lado todas las noches,
la que tiene las manos heladas de acariciar fantasmas
y no sabe cerrar el espacio con un beso.
Crece entonces la presión al emerger el bloqueo
que disloca el pensamiento y lo diluye,
de manera constante, sin llegar a nada
... como volutas de humo.
que duerme a tu lado todas las noches,
la que tiene las manos heladas de acariciar fantasmas
y no sabe cerrar el espacio con un beso.
Crece entonces la presión al emerger el bloqueo
que disloca el pensamiento y lo diluye,
de manera constante, sin llegar a nada
... como volutas de humo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario