Hoy no ha llovido, y echo de menos la excusa de sus gotas, para camuflar mi tristeza. Solo calma la angustia muda un cigarrillo tras otro. La mece, con su nana de alquitrán. Y mientras aspiro humo, no husmeo en mi letargo, y mientras lo expulso, excarcelo mis abismos. Sin lluvia, con mi nana, anestesio los momentos.
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jueves, 19 de febrero de 2015
Redes
Es más firme mi enfermedad que el virus de los recuerdos,
que no me inmuniza ni me previene.
Volveré a caer de lleno.
Y lo sé.
La enfermedad del error está programada en mis redes neuronales,
instalada en mi sangre, tatuada en mis huesos.
Si errar es humano, re-equivocarse es mi ADN.
Y aún así, sobrevivo.
Un circuito cerrado predice la activación de otro lapsus,
antiguas creencias en todo, menos en lo cierto,
que me impulsan a estrellarme repetidamente contra un muro.
Y aún así, conservo el impulso
...algo.
Si pensé que el agua se colaba entre los dedos
por mi incapacidad para retenerla,
resultó que el agua tenía su propio curso.
Y aún así, me queda orgullo
...poco.
Voy a re-equivocarme hasta la saciedad,
pero con el interruptor de mis redes bien cogido.
Y si aún así, me electrocuto
... habrá valido la pena.
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Dormida: los errores, las imperfecciones, electrocutarse, estrellarse y lamentarse es parte de la vida, la bella y gloriosa vida.
ResponderEliminarEstá en nosotros saber cómo tomar esas situaciones. Si quedarnos con la anécdota o reinventarnos.
Bello poema. Te felicito.