sin desayunar besos mordidos.
Mírate,
los vas perdiendo por el camino.
En telarañas de excusas
que pueblan las esquinas del aire viciado,
se fue atrapando la magia.
Quise no querer,
y sin querer, la querencia
a la constancia de ti,
anacrónica la tristeza.
Cuna de huesos, vértigo y latidos,
dejé de exprimir las palabras
con las que vomitaba
las partes de mí que no encuentro.
Hoy no tengo magia, excusas ni palabras
para encontrarme
cuando me agacho a recoger gotas de sueños.
Y la tristeza es azul, azul gato.
Mírame,
te voy perdiendo por el camino.
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