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lunes, 2 de marzo de 2015

La coartada

Yo tenía una coartada perfecta.
Podía invocar a la inocencia y sangrar versos
podía reflejar el miedo
y hasta exportarlo.

Podía reventarme contra el muro
airado y firme del desengaño
o de un rechazo...
y levantarme.

Podía descubrir mundos enteros
apenas perfilados en unos ojos
o hacer de una caricia
la obra de arte más perfecta.

Podía cabalgar en dudas eternidades
y abrevarlas con preguntas sin respuesta.
Podía alardear de ser inestable
y hacer del desconsuelo mi bandera.

Yo tenía una coartada perfecta...
que perdí en algún lugar
mientras crecía.

2 comentarios:

  1. Ay, dormida... ¿ qué haré contigo ? Ya no sé si felicitarte, apalearte, insultarte, enlodarte, realzar tu natural talento.... No sé si sucumbir a la lujuria de tus versos, si abandonarme a la inmensidad de tu desazón o claudicar en la total y absurda síntesis de este blog tan encantador...
    ¿ qué me sugieres ?

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  2. Sólo se me ocurre sugerirte una cosa...seguir leyendo y comentando como lo haces!!
    ;)

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