Vistas de página en total

jueves, 19 de diciembre de 2019

Al otro lado

La noche emerge en tus pupilas
con una dentellada en el costado,
se desprende la carne,
opaca la materia.

No me ves.

Desde el lado externo
de la hendidura aún fresca,
te asomas al abismo para enfocar,
difusos los bordes,
calibrando la mirada.

A contracorriente nadan
insurgentes las manos por mis latidos,
se agotan, se dejan morir,
desembocando en otras heridas.

¿Sabes? no es cierto que el cielo
se haya vuelto negro.
Sigue siendo azul al otro lado.

Aunque tú no lo veas,
más allá de las nubes.
Más allá de la carne,
aunque tú no me veas.


sábado, 7 de diciembre de 2019

solalibremente

Se recuesta el silencio
en el hombro del tiempo,
el universo sigue su curso,
una mosca sobrevuela los libros,
mi mirada se pierde subrayando sus alas.

Acróbata durante unos segundos,
el riesgo vicario y la tensión en alza,
en baja, forma parte del trato seguir,
la vista en los libros,
libre la mente.

Líbrame solo,
de estar sola,
solamente.

miércoles, 4 de diciembre de 2019

De la barra al barro

No sé si saltar desde mis últimos miedos
o desde mis primeros abrazos.

Dejarme caer en silencio
por el lagrimal de la poesía
resbalando hasta el nicho de su ombligo,
sepultada sin honores ni epitafios.

Que de madrugada se barran
las migas de todos los poemas
que nacen y mueren en las barras de bares
a los que ya nunca iré.

Que con ellas también se esparzan
las cenizas de lo que pude haber sido,
de habernos cruzado en otros avernos
las ganas robadas, la imprudencia insolente
y yo.

No quiero ser la que desaparece
un poco más en cada parpadeo
cuando la vida se me mete en el ojo.

Y sin embargo, lo hago,
entre la nieve del otro lado
del ruido blanco, aún prendida
finalizada la emisión,
aún perdida.








domingo, 1 de diciembre de 2019

Membranas

Sigo gastando los días
de membranas para dentro
y cada vez menos ganas
de vestirme de paciencia
para salir.

Todas mis guerras
se desatan los domingos,
me las piso y tropiezo conmigo
una y otra vez.

A cada cañonazo en las tripas
cierro más la boca abriendo las letras
con las que esbozo mensajes de espuma
que  soplo desde mi ventana.

Porque construyo en el aire
pompas de momentos
y me recuesto sobre ellas.

Pero cuando estallan
no grito mientras caigo,
y cuando sangro,
apenas salpico.

Porque sé caminar sin pisar las líneas
con agujeros del tamaño de puños,
y negar que hace frío
mientras se cuela el tiempo por ellos.

Porque eso es lo que hago.
Porque lo sé hacer desde siempre.
Porque eso es lo que soy.

sábado, 23 de noviembre de 2019

Dentro

Observaba sin exponerse,
desde el lado seguro
de la broma fácil,
la última noticia
o el circunloquio.

Demasiado arriesgado
reunir las fuerzas
para excavar las ruinas,
exhibir las ruinas
para aprenderse.

Demasiado cómodo
mirar abriendo una puerta,
para cerrarla después
silencio a minuto.

Unidosis de autocontrol
paladeando quietud,
autocontrol al cuadrado,
vomitando colapso.

Qué tranquilidad pensar
que nadie pondrá un pie
más allá de la línea.

Qué angustia saber
que no vamos a colorear
nunca,
fuera de los márgenes.

Cada cual en su cuaderno.
Dentro.
Muy dentro.



domingo, 17 de noviembre de 2019

Pyrexia

Me he dado cuenta
de que últimamente,
cada vez ofrezco menos resistencia.

Me indaven con facilidad
ejércitos de bacterias
que trepan por mis fortalezas,
poblando sin dificultad
un imperio en decadencia.

Fuera de juego la garganta,
callo con la vieja excusa
de la que ha sido derrotada,
masticados los cristales
que otorgaban momentos incómodos.

Y me dejo vencer
a golpe de tos,
vidriosos los ojos,
atrincherándome en la fiebre
que se apodera del tiempo
y lo recorta.

Siempre vuelve la imagen
del collage del techo de aquella habitación
cuando los grados se disolvían en colores,
y pisar el suelo o el cielo
era indiferente.



viernes, 15 de noviembre de 2019

Secuelas

Quise bucear en mí misma
pero la descompresión fue tan fulminante
que alejó mis pedazos de tus orillas.

miércoles, 13 de noviembre de 2019

Como si nada

Seguir conversando
como si nada,
como si el dolor
fuese polvo
que poder sacudir,
mientras sostengo con palabras
la mirada que en silencio
pesa demasiado.

Decir adiós,
y caminar sonriendo
desplegada la coraza,
en días como hoy
en los que llueven
penas de punta.

Mirarte a los ojos
si nos cruzamos,
conseguir que te calmes
en un parpadeo,
y seguir en línea recta hasta casa.

Soltar la coraza
y hundirme lo justo
recomponiendo el gesto
para la cena.

Tragar saliva,
metódicamente
desdoblar la sonrisa junto al pijama,
apagar la luz,
y dejar que duela libre.



domingo, 10 de noviembre de 2019

Gris

El cielo viste de luto
una bufanda plomiza,
protege sus ojos del frío
que cala las nubes al vernos.

Sin gorriones,
ya no existen los caminos
de migas de pan
de vuelta a casa.

Si te pierdes, si me pierdo,
no habrá guía.

El mar viste de luto
y llora aguas negras profundas
por todos los brazos abiertos
y todas las manos negadas.

Si se hunden, nos perdemos,
no habrá calma.

La tierra viste de luto
desconsoladas las fosas
llenas,
las lunas menguantes
lloran,
los parques vacíos.

Sin memoria, sin respeto,
no habrá vida.

El agua desborda los cauces
la tierra se agrieta y se muere
los bosques se vuelven cenizas
el hielo se funde y desborda...

                                 ...de nuevo, la tierra.
No habrá vida.

Se aviva el fuego en las calles,
la rabia grita con piedras
palabras en todos los idiomas
y el mismo color se derrama.

Si callamos, sin derechos,
no habrá guía,
no habrá calma,
no habrá vida...

                    ...no habrá nada.






miércoles, 30 de octubre de 2019

Prefiero bailar descalza

Prefiero que se caigan
todos los pájaros de mi sonrisa
y que la tuya señale otras ciudades en ruinas.

Prefiero que la escarcha de la mañana,
al derretirse, se cuele en mi traje sucio
de reptar por tus trincheras
y que el reloj, de un segundo,
atrase dos vidas.

Prefiero que ya no me mires
y no me enseñes cómo se doma tu cuerpo,
que ni lo intentes siquiera,
aunque recorras con los ojos otros muros
de pantallas expuestas a sopesarnos.

Prefiero los mordiscos del silencio
a los besos de la hipocresía,
y que se callen los idiotas
que bailan con zapatos de oído.

Prefiero hacer apuestas con la tarde
sobre la intensidad del dolor
del próximo brote,
y cojear lo justo, hasta mi cueva.

Incluso volver a perder, a perderte
y a perderme.

Pero no me digas que no era posible
ser una misma,
entre los zapatos, los discursos y las señales,
de lo que los demás esperaban.


domingo, 27 de octubre de 2019

Disculpa...¿me das primavera?

He leído tus gestos inviernos
he soñado unos grados veranos
pero al final de cada estación
subo a  los trenes que humean otoños

sábado, 26 de octubre de 2019

Marcas de agua

El espacio no tiene mis marcas.
No cuelgo el sombrero en la entrada
ni sello con carmín los espejos de otras vidas.

No elijo cortinas, adornos ni pintura
ni hay cuadros en las paredes
de los despachos que ocupo,
consciente de que cada paso que doy,
es prestado.

Hace mucho que no llamo casa
a una ciudad, o una vivienda
y sigo aprendiendo cada día
a no llamar casa a tu cuerpo.

Cerrar los ojos
y soportar el vértigo.
Cerrar los ojos.

Acostumbrarme, sí,
a volar de rama en rama
en bosques azules,
haciendo nidos en el aire.

La identidad, la permanencia,
son marcas de agua en las hojas
donde trato de controlar el caos
cortándome la carne con metáforas.

Cerrar los ojos
y soltar el vértigo,
brotando lento y espeso
resbalando por los márgenes del silencio.








viernes, 25 de octubre de 2019

Contornos

Negadas las manos soportes de miedos
en pequeñas expediciones
cuando el mundo olía a nuevo.

Ahora las manos llenas de arrugas
buscan los abrazos que no supieron dar,
y no abarcan.

Pero el amor,
se abre paso hasta en el silencio.

Tan frágil, tan vulnerable,
encorvada la figura
viajera la mirada,
errática y amarga.

Los abrazos lloran
los contornos vacíos...
y desgarran.

martes, 15 de octubre de 2019

Reflejos

A veces, cuando me ahogo
en una de esas noches que duelen a mares,
buceo como antídoto en amores.

Insomne, modelo la espina dorsal de tu ausencia,
al desbordarse la madrugada
en el momento exacto en que la cama
llora el calor perdido de tu cuerpo.

Abro taciturna la ventana,
para que la crisálida del silencio
se transforme en pegajoso murmullo,
al ritmo del batir de alas de la luz que nace.

Y me quedo inmóvil
mientras las voces se descuelgan
y recorren los pasillos,
llenándolo todo unos instantes.

Es entonces, solo entonces,
cuando vuelvo a creer que soy parte de algo.

Hasta que abro los ojos
y los contornos se regodean de mi jactancia.
La cama vacía, las voces prestadas,
y la sonrisa terrorífica del nuevo día.

sábado, 5 de octubre de 2019

Polvo

El arco iris en el filo del espejo
apenas vislumbrado en la penumbra,
juega una partida de luces
con diminutas heridas de persiana.

Deja expuestas las vergüenzas
de moléculas que bailan abrazadas,
agonizan en zig zag sus balanceos
antes de morir sobre mis manos.

A menudo se me olvida respirarte
y construirte un palacete en mis pulmones,
en el que habite la respuesta del camino
que desprende todo el tiempo que pisamos.

Lo sacudo con firmeza si me caigo
y se levanta más la piel tras el impacto
que manos tendidas en blanco
rendidas a nuestra propia suerte.

Con él, profano tu cuerpo sobre el mío,
acompañado de sed sin arrumacos,
violentando en embestidas sin promesas
los contornos oxidados de otros roles.

Airado se alza cuando barro
la puerta de mi casa y luego escapo
a lomos de la misma incertidumbre
amontonada en el desván de los matices.







viernes, 4 de octubre de 2019

Menú del día

Degusto, de refilón,
alguna partícula errante
desprendida del dióxido de carbono
que se pierde en la materia de un suspiro.

Flotando se despereza,
en la penitencia tantas veces recorrida
desde la boca en su punto silente
a los impulsos de entrañas retenidos.

Ganas deconstruidas
sobre nidos de virutas de peros.

¿A qué sabrá arrepentirse
cuando se actúa sin sopesar?

miércoles, 25 de septiembre de 2019

Nada

Me atrae jugar con las corrientes de agua,
sumergiendo las manos para sentir el frío
mientras todo se mueve debajo,
aunque no pueda verse.

Para sentir. Para ver cómo se escapa.
Para dejar que se vaya.
Para no olvidar que permanezco así,
como una roca que se va construyendo
beso a verso, erosión a erosión.

Dicen:
Es necesario salir
para poder entrar,
derribar para reconstruir,
caminar para llegar a alguna parte.

Hoy me caigo,
me paralizo,
me resquebrajo.

Todos los pilares
se tambalean.

Sé que dentro de poco
la única continuidad,
será seguir respirando.

martes, 24 de septiembre de 2019

No VADO(ler) PERMANENTE

Prohibido avasallar
todos los días de la semana,
pisar mis líneas amarillas
y subir tus frustraciones
a los bordillos de mi existencia.

Está permitido estacionar en paralelo
sin invadir ni obstaculizar mis rutinas.

Solo está autorizada
la carga y descarga de besos
respetando el mutuo acuerdo
y la accesibilidad que yo confiera.

Atención: no llamamos grúa.

En caso de incumplimiento
se declara la interacción
siniestro total.

miércoles, 11 de septiembre de 2019

Penas de dobladillo

El camino nos deshace,
nos expone un pie tras otro,
mientras vencidas se deshilachan
las penas de dobladillo.

Abriéndose costuras
sangran,
de par en par
las pieles mudas.

Nacen heridas en cueros
bajo las redes,
lanzadas en cada derrota
tratando de atrapar distancias.

Distancias cortas de desgarro,
sujetan alfileres los desechos
de los bajos fondos del alma.

Pero se deshilachan las sombras
para enhebrar mis heridas
con sus silentes estambres.

Desapercibida,
la piel muda de nada en nadie.

Cosida no sangra,
sin quejidos se camufla
cuando sonreir
forma parte del contrato.





miércoles, 21 de agosto de 2019

Materia oscura

Ocurre que de repente
me ausento unos segundos
que cristalizan en horas
en toda una vida las horas
de viajes a ninguna parte.

Porque viajo en cortocircuitos.

Un párrafo se diluye,
se atropella el pensamiento encallando
en un iceberg-palabra
de cualquier conversación
sin darme cuenta.
Desaparezco.

Atención.
Fallo del sistema.
Agujeros negros en la cabeza.

Soy esa pequeña galaxia
de un universo imperfecto
o sólo un planeta verso que juega
a rimar la memoria con materia oscura.

¿En qué piensas?
En nada...
No puedo ser más sincera.

Agujeros negros.

Remolinos aspirando los recuerdos
que vertebran mi línea de vida.

En nada...
y bombear simetría
para rescatar el oxígeno.

Para respirar aquí otra vez
entre la disociación y el olvido
haciendo en la orilla del tiempo
castillos de ahora.

















Donde duele levantarse en cada vértebra

Podría ser el título de una canción.
Pero no hay música.
Es sólo lo que ocurre de madrugada
cuando alguna noche, sin avisar,
el pasado se cuela entre mis sábanas.
Volver a acariciar con los ojos cerrados
el ombligo de tu silencio.
Otra fase en los ciclos del sueño,
y sin permiso, tu imagen como un polizón
deambulando entre fragmentos.
De golpe y tan real, tu voz.
Tu huella estampada en mi subconsciente,
en la ficha policial de mis antecedentes carnales
sujetando la profecía entre las manos.
De frente y de perfil, el número de hostias
que aún me quedaban por darme.
Mi yo menos real
cuando miraba el mundo
desde el asiento del copiloto
de una vagoneta oxidada,
recorriendo la montaña rusa de tus dudas.
Después, me oxidé yo
al contacto con la falta de aire.
Todo se deslizaba entre la breve calma
del recreo del abrazo de tus piernas
y la caída en picado cuando
volvías a proponerme jugar al escondite.
Abro los ojos y es de día de mil años después,
y comprendo por qué odio las montañas rusas desde que aprendí  que se podía querer de frente sin asfixiarse,
sin bailar cada minuto con un pie en tí y el otro en el borde del precipicio.
Pero esta noche, Do REM Mi Fa(tal),
volviste a arrastrarme a la vagoneta.
Suenas desafinada, y sé que hoy me va a doler levantarme. En cada vértebra.







sábado, 17 de agosto de 2019

Sólo las paredes lloran

Brilla el sol, 
y en la calle la vida sigue
orquestando sonidos, 
al compás de la cálida
batuta de sus rayos.

Contrasta el bullicio en las aceras
con el silencio de un portal
que se descascarilla
en humedades.

La prisa en el ascensor tropieza
con un par de frases de cortesía
mirando cambiar absortos, 
los números en la pantalla.

En cada planta
a cal y canto, 
colmenas.

De papel los tabiques
de oídos sordos, 
y de miradas veladas,
la estructura.

Hace tiempo
que la suya, 
no se abre.

La escalera es testigo
del paso de los días
sin movimiento.
Nadie más se percata.

Quietud.

En el rellano,
los zumbidos de otras llaves, 
otros cerrojos, 
otros portazos.

Silencio.

La textura de la soledad
se descompone desapercibida.

En el rellano,
un olor fétido
camuflado con los perfumes
de la premura hacia el trabajo.

La vida sigue, como si nada.

Sólo la escalera sabe.
Sólo las paredes lloran.














miércoles, 14 de agosto de 2019

Sin nombre

No es de nadie
susurro
responsabilidad de mano en mano
se apaga
el llanto de un niño
latidos
nadie va a recordarlo
sin nombre.

Palabras tripulando
silencio
si no es pronunciado no existe
la vida
en mares de conciencias sedadas
se ahoga.

Cumplir con las leyes
creadas
a medida por los sastres
del reino
la moralidad y la guadaña
intactas
a muertes kilómetros del puerto
aguardan.

Apenas escuece
la sal
en las heridas de Europa
vergüenza
se hunde entre algas
orgullo
de haber sido humanos
un día.


lunes, 12 de agosto de 2019

Loba

I.

Sigo las marcas de la bestia
en una tormenta de nieve.

Tan absurda es esta búsqueda
como perseguir la calma

                              ...nada encuentro.

II.

Un zumbido permanente
en los oídos
es mi consuelo.

Alguien en algún lugar,
dicen,
está pensando en mí.
Ojalá fuera cierto.
Pero es su aullido rasgado
resonando en mi cerebro.

Una loba amamantando
mis gritos inaudibles
expandiéndose en el cuerpo.

Ella les da el alimento
para que se hagan más fuertes
par(t)iendo en pedazos la noche
de un mundo domesticado.

                      Necesitamos tantas lobas...

III.

Seguir rastreando las huellas
del animal que desgarre
este cielo de cartón piedra
bajo el que nadie se alza.

Llevarse del rebaño
la oveja negra en las fauces
para hacer lana a lana
otro mundo posible.








jueves, 1 de agosto de 2019

Unakita

Hago las paces conmigo.
Por primera vez en mucho tiempo
el olor a tierra está vivo.
Me permito no asustarme cuando el día
muda su piel a constrictor
y cedo a sus caprichos de reptarme.
En las cornisas de mi cuerpo, pongo flores,
y los colores que a mí misma me dedico
adornan los balcones de mi alma.
No se reflejan pozas de sal en mis pupilas
ni hay medusas sazonadas en sus cauces.
El aire de la mañana huele a limpio
y el cielo de la noche,
a estrellas recién planchadas.
La vida huele a ganas.
A perfume de pieles, verdad,
y hojas arrancadas del calendario.
A hojas cayendo en otoño
sobre piñas secas que se quejan
con un suave crujido si las pisas.
Estoy aquí.
Peregrinando al centro de mí misma
sin maletas, sin palabras que distraigan
a la brújula buena
que me guía sin escoba y sin trucos.
Sólo siguiendo mi pulso.
Mis latidos.
Estoy viva.

lunes, 29 de julio de 2019

Aséptica

Todo esterilizado.
Guantes, bisturí y una punzada de dolor
en el centro de mis contradicciones.
Es una operación complicada.
Disecciono cada retazo de incoherencia
argumentando en contra y a favor
de pensamientos enmarañados
que supuran, gota a absurdo.
Los coloco bajo la lupa
a sorbos de lúpulo,
para analizar los motivos
de mi tendencia a estamparme
contra las montañas más altas del mundo.
No hay miopía que lo explique.
Suturo premisa a premisa
la brecha de la incongruencia,
pero se abre,
y movedizas razones
me engullen a cámara lenta
en arenas silogísticas.
Es llamativamente asombroso
cómo gasto mi energía con eficiencia
cuando si A entonces B,
y B es chocar contra la pared,
entonces yo: A A A (A++).
Tengo nivel Dios construyendo
salidas sensatas para tapiarlas después
con latidos amortiguados.
Y saber que lo que no tiene lógica,
no me conviene, y que lo que no va a ocurrir
no merece otro bucle de pensamientos.
Y caminar, sin embargo, aséptica,
con mi traje de quirófano de cabeza a la nada,
o a la pared, con todas las razones de peso
agujereándome los bolsillos.














viernes, 19 de julio de 2019

Eureka

Por fin he dado con ello.

Después de muchos postgrados, revisión de casos clínicos y estudios transversales, longitudinales y anales, creo que he encontrado el diagnóstico de lo que me pasa:

Tengo un Trastorno de déficit de motivación con hiperrealidad.

Triaje: Urgencia máxima. Código rojo.

Indicaciones: Vacaciones intravenosas.

Posología: Al menos mil milidías con sus mil milinoches para equilibrar este tedio.

Contraindicaciones: No se han descrito.




jueves, 18 de julio de 2019

Azul

Goteabas sueños desde que salías a la rutina
sin desayunar besos mordidos.
Mírate,
los vas perdiendo por el camino.

En telarañas de excusas
que pueblan las esquinas del aire viciado,
se fue atrapando la magia.

Quise no querer,
y sin querer, la querencia
a la constancia de ti,
anacrónica la tristeza.

Cuna de huesos, vértigo y latidos,
dejé de exprimir las palabras
con las que vomitaba
las partes de mí que no encuentro.

Hoy no tengo magia, excusas ni palabras
para encontrarme
cuando me agacho a recoger gotas de sueños.

Y la tristeza es azul, azul gato.
Mírame,
te voy perdiendo por el camino.



















domingo, 14 de julio de 2019

Sudando a grados

Me derrito en cada segundo que avanza
la tarde, gota a gota de sales perdidas
y sudas entradas, resbalando a hierro y fuego
por cada poro que forja otro instante a unos milímetros.
No soy de hierro.

Lanzarme de cabeza y de memoria
por el tobogán de tus caderas
hasta la piscina masificada
de urbanizaciones de ganas,
y refrescarme salpicando como una loca
la orilla del otro lado de tu mirada.

Sube aún más la temperatura
cuando oigo ese zumbido cerca,
y descubro ya clavado el aguijón
que dispara la fiebre séptica,en vena(nado)
con más ganas y sin manguitos.
Pero no baja.

Más calor. De asfalto seco, y madrid enfermo,
de ola africana, de hola ¿estás sola?
en urbanizaciones de ganas.

Calor de cuarenta y tantos años,
y de cuarenta y pocos grados,
de grados veteranos y alcohólicos,
destilando por la piel y por la casa,
y por la fantasía de echarte un pulso,
a césped o a sábanas.

Y sudar a grados y encontrar las sales
nadando en cada gota piel,
de agua o cosquillas, mundos.
Buceo.

Acompasar el oleaje a tu marea,
sudar contigo, en tí, o sudar sola,
y a los que miran y murmuran
desde el bordillo...que les jodan.



martes, 9 de julio de 2019

Nueve de Julio

A tus paredes vuelvo
cuando el cielo abierto se me cae encima,
pongo el dedo en la grieta, y la recorro.
Me acurruco, y algunas veces,
me duermo apoyada en ella.

A tus paredes vuelvo cuando el frío infierno
de repente repunta en primavera,
y me sorprenden, viviendo,
las primeras gotas de la gota fría,
de ese frío, frío infierno.

A tus paredes vuelvo, también,
cuando hace sol y se me van cayendo
las sonrisas por el camino.

Y aunque haya movimientos sísmicos
y salten todas tus alarmas,
en tus paredes me quedo
para sujetarlas.

Hasta la vez siguiente en que la grieta crece
y me rompo a trazos en el cuaderno,
recomponiendo después con su tinta
la sonrisa con la que poder pintar tus tabiques.

Y saltar de tres en tres, de diez en diez
o de dos en una, los escalones desde
mi sol y mis grietas
hasta tus persianas.



lunes, 8 de julio de 2019

Kilometraje

Me pregunto si hay la misma distancia
desde este charco de sudor al ártico,
que desde el mensaje que hay en mi móvil
a las ganas de encontrarnos.

Mido con cierto pesar nuestra distancia,
sobre el peso del paso de los días mudos,
que sólo a veces, muy masticada,
escupe la excusa de la falta de tiempo.
Tengo que comprar un metro más largo.

Y es que me estoy haciendo mayor,
y te lo pierdes,
y te vas haciendo distinta,
y me lo pierdo.

No sé con exactitud
en qué giro de la vida
nos bifurcamos.

Desconozco cuántas páginas tiene el libro que lees
o cuáles son tus proyectos proyectados
en planos distintos, o paralelos.
Y tú no sabes si los días nadan a braza o
muy largos a este lado del estanque.

Una o dos veces al año, nos miramos
a los ojos y entre medias un café,
o un tinto de verano,
con un resumen, del resumen del resumen,
de la risa y del desgarro.

Qué lejos, cuando ya no caben en una taza
tantos minutos y horas, de semanas y semanas,
en las que salen arrugas, se mueren las ganas,
se escriben poemas y se despiden amores....

...y cada vez más lejos de lo que nos mueve,
de dónde nos duele, de los mismos ojos
con los que quizá hace años
mirábamos de otra manera.

La misma ciudad,
pero cada vez más kilómetros,
desde tu vida a la mía.



sábado, 6 de julio de 2019

Llamas

Mordaz dibujaba hoy la sonrisa
mientras sus ojos gritaban la acidez
de la soledad que con calostro
y pan, estuvo siempre en su mesa.

Quemaban, disolviendo las frases hechas
sin dejar escapar ni una lágrima
en caída libre hacia el abismo.
Llamas.
               
Me hablaba de ese vacío
con el que convive
y no consigue llenar
con música, besos ni tercios.
Arde.

Y no se tercia otra manera,
cuando el lorazepam es inocuo
y la fluoxetina, está en huelga.
Sangra.

Le acuné con manos invisibles
donde sostener el dolor, agota,
refulgiendo tanta rabia en sus pupilas
que arropar la mirada, desalma.
Jaque.

Pero es complicado remontar la partida
cuando tiras de un manotazo,
una y otra vez, tus propias torres.
Jaque mate.






martes, 2 de julio de 2019

Paraguas y goteras

Como un río que en su discurrir
transporta hojas secas
que giran caprichosas en remolinos,
besando unos instantes alguna roca
que a su paso encuentran...

   ...así se deslizan los paraguas que observo
 bailando como puntos de colores
desde mi ventana.

Van con prisa, giran, saltan, se chocan
o se detienen bajo una cornisa para exonerarse.

La lluvia música marca el ritmo,
acumulando sus notas en partituras
de adoquines y alcantarillas,
en tonos pasteles de calor verano.

Notas, gotas, goteras...
no siempre llueve música,
ni hay bailes de paraguas de colores.

Algunas veces, algún verano,
no es afuera donde llueve.

sábado, 29 de junio de 2019

Omeprazol, Ibuprofeno y cansancio

Agujeros negros en las heridas.
El tiempo se ha detenido y me ha
hecho retroceder cuatro años.

El mismo calor, la misma incertidumbre,
la misma sensación de distancia.

Vuelves a aparecer en mis sueños,
y tengo de nuevo una llamada perdida suya
porque no fui capaz de descolgar el teléfono.

Otra vez quema. Sé que me estoy alejando
porque si dejo entrar su dolor
no encontrará la salida por mis laberintos.

Convivo a diario con el daño que hay fuera
pero trato de que no me toque.

Inhibidores de la bomba de protones,
inhibidores del dolor
y de la sensación de vacío
congelada entre los versos y las nanas.

Sabe a metal y a puertas cerradas,
tras las que colocar oteadores
que vigilen si se giran cerraduras
para salir corriendo en la dirección contraria.

Se han partido mis crampones para escalar
fortalezas de hielo seco
y se agotó la dinamita de la caja
con la que derribar muros altos.

También perdí por el camino, las ganas de encajar piezas en puzzles-mundos imposibles
y me debilité en mi cruzada cazavampiros
clavando estacas al aire.

Me aturdí con tanto ruido
de fallos de motores en los vuelos
y me agoté de buscar vida
entre los restos de naufragios.

Las líneas de expresión de mi silencio
son arrugas de ciudades amapola
son las marcas que dejaron los colmillos,
en los ojos que hoy desvían la mirada.






viernes, 28 de junio de 2019

Quietud

Hoy fue uno de esos días, en los que podría ser o no ser, estar o no estar, y no se movería ni una sola hoja en un bosque al cerrar la ventana.

De esos días en los que piensas en todas las elecciones que podrías haber hecho, decisiones que haber tomado...sin resultados.

Uno de esos días que cuando acaban, dudas si en realidad has vivido y si merece la pena el descuento de tu pantalla de vidas.
Pero lo descuentan igual.

Y me pregunto si toda una existencia podría estar tejida con ovillos de bosques  llenos de hojas, que no se muevan siquiera un respingo cuando cierras la ventana.








martes, 25 de junio de 2019

Entre algodones

Sintonizo el canal de la total indiferencia
en el que emiten ojos y bocas
que se deslizan por toboganes de ganas
de juego, sin fuego cruzado.

Bajo las gotas del cansancio de actuaciones
de funambulistas a ras del suelo
y lanzadores de cuchillos sobre sombras,
transito.

Pero es complicado pasar de puntillas
por tu tristeza entre algodones
cuando los cristales de las ventanas de casa estallan.

Perdona si he estado ausente
porque aprendí a besar sin ruedines,
sin algodones ni redes,
y  tú no vienes a vaciarte en mis orillas.

Acaso sigo dormida viajando en el tiempo,
mientras crece rabiosa la certeza
de que todo sigue en su sitio
y aunque a oscuras, permaneces.



domingo, 23 de junio de 2019

Pluma y barro

Demasiado ruido en la escalera,
de zapatos que bajan y arrastran personas
atrapadas en cordones que se desatan...
a punto de soga.

Se filtra por las paredes
y aturde a musarañas que dormitan
en rincones excavados bajo tierra
como búnkers de las guerras de otras vidas.

Caen las bombas palabras que atraviesan
bandadas de pluma y barro construidas
modelando alas-balas que farfullo
y dispararía gustosa a sus tacones...lejanos.

Como lejana me adivinas sin estarlo
intercambiando la intuición por la mirada
en la escena ya quemada por el uso
de otros tiempos, otras plumas y otras alas.





sábado, 22 de junio de 2019

Coleccionando besos

El anfiteatro boca
empuja hacia dentro las palabras
que la garganta tritura y su ponzoña
resbala en comisuras de silencio.

Hoy hay función en el estómago
donde alternan las verdades engullidas
en camerinos de instancias repetidas
dormitando sobre cajas de b12.

Custodiar la posición en una lista,
que asegure en una casa la maleta,
o en el espacio entre dendritas moribundas
y tumbas de recuerdos, los conceptos.

Mantener el tipo, mientras tanto,
acumulando desmontaje y despedidas
en distintos ojos y lugares
tras volver a la casilla de salida.

El cansancio de los ciclos reiterados
de despachos de luz tenue sin ventanas
a jardines de momentos de la infancia
en parpadeos que fulminan las semanas.

No quiero que los días me sentencien
sin  coleccionar más besos en los huesos,
en teatros, en la carne, en apuntes y colchones,
como cromos sobre álbumes
de tapas de yogures.






           



Páginas en blanco

Quiero ver a qué sabe la piel
si descansa en las praderas de la improvisación,
lejos de la hoz de los debos,
las guadañas de los tiempos
sin acotarla y sin siega.

Sólo pasar la lengua por las páginas en blanco
del libro del resto de mi vida
y que mis versos impriman los pasos
que me trajeron y me llevarán.

Fue mi regalo y fue tu milagro.
No era una baratija.
Puse en tus manos todas mis ruinas
y construiste con ellas un mundo entero.

viernes, 21 de junio de 2019

Nuestro sororo paso


Sin alquitrán, hoy no hay nana que acune y calme
esta mezcla de rabia y vergüenza
directa desde las urnas
a la boca del estómago.

Mientras reparten los tronos y afilan sus zarpas,
algunos llantos ahogados se mezclan
con los latidos sordos de los motores
que volverán a vomitar su veneno
en nuestras arterias.

La ciudad huérfana sigue su curso,
con desconchones de heridas en el asfalto,
que sangran a mares violeta, arco iris y morados.

A la parálisis que produce el mordisco
de los besos y versos que no fueron dados,
de las montañas de basura
bajo dobladillos de pactos
 y balanzas ciegas malheridas...

...el antídoto de tantas voces que
desde hace tiempo vienen marcando,
firme y constante, libre y diverso,
nuestro irrevocable y sororo paso.